El ciclo POESÍA VIVA es
un clásico de los lunes de mayo, tanto para los amantes de la poesía como para
los disfrutadores que quieren acercarse a escucharla en la voz de sus autores. Cada
lunes de ese mes, un poeta español de primera línea lee sus poemas y responde a
las preguntas de los asistentes siempre a las 20 horas sobre el escenario del
Teatro Circo de Albacete. La edición de 2024 la abrirá el día 6 Luis García
Montero que, además de poeta y de abarcar un sinfín de actividades, dirige el
Instituto Cervantes. El día 13 intervendrá Yolanda Castaño, Premio Nacional de
Poesía 2023. La tercera invitada será Miren Agur Meabe, que mereció el Premio
Nacional en 2021 y leerá el día 20. Cerrará el ciclo el lunes 27 Benjamín Prado,
novelista y comunicador polifacético además de poeta. Con ligeras interrupciones económicas y cambios organizativos, el ciclo se remonta al año 2001.
6mayo / Luis
García Montero ATENCIÓN: SUSPENDIDO por un compromiso inesperado e ineludible en la agenda del invitado
«Que todo esté en su sitio / es el mayor desorden que pueda imaginarse».
El último poemario
hasta la fecha de Luis García Montero (Granada, 1958) se titula Un año y
tres meses (Tusquets, 2022) y apareció apenas un año después de No
puedes ser así (Breve historia del mundo). Llegó impulsado por las
circunstancias, por la necesidad de asimilar la muerte de su pareja Almudena
Grandes y de hacer catarsis. La escritura poética ofrece esa función
terapéutica a quienes la cultivan. Su amigo Joan Margarit hizo un ejercicio
parecido (Joana) cuando murió su hija. García Montero había adoptado en
sus libros más recientes (el mencionado, pero también A puerta cerrada -2017-)
una búsqueda hacia la protesta social, un camino difícil: «Cuando llegues
a mí / no estará el corazón. / Estaré yo para pensarlo todo», había escrito. El
actual director del Instituto Cervantes es un poeta lleno de recursos que nunca
ha rehuido los retos y que en este caso ha querido compartir con el mundo su
proceso de duelo. Sabedor de que las circunstancias desencadenantes han sido
mediáticas y elocuentes, se ha decantado por un tono más contenido aún que de
costumbre, eludiendo casi siempre el chispazo metafórico para el que tiene
facilidad. Los poemas de este último libro son sencillas notas cotidianas, como
tomadas a vuelapluma, en las que describe lo que pasa: la fragilidad de ella,
los cuidados, la desesperación, que ha de ser furtiva. Al fondo, con el
silencio, le acompañamos: «todo es presentimiento de lo que no sucede, / pero
está ahí, doméstico y sincero / lo mismo que un ladrido sigiloso / que no
parece un grito. / Es una convivencia con la tierra / y con las habitaciones de
la casa».
«Todo lo que fui olvidando / lo recuerda mi cuerpo por mí».
20mayo / Miren Agur Meabe
«Las intenciones son los andamios de los resultados, / nada más».
«Maldigo la codicia, alabo la ambición / y educo a mis poemas / lo mismo que a mis hijos: / para que lleguen lejos / y algún día / puedan cuidar de mí».
Benjamín
Prado (Las Rozas, 1961) ha vuelto este año a la poesía con el libro Paradero
desconocido (Visor). No había publicado un poemario exento desde 2014,
cuando apareció el octavo de los suyos, Ya no es tarde. Desde los
primeros versos busca complicidad con el lector: «lo que voy a decirte que
quede entre tú y yo: / no quiero que te escuche este poema». En el resto del
libro mantiene este clima cercano, de conversación, aunque el interlocutor vaya
cambiando: puede seguir siendo el lector, pero también sus hijos o el poeta que
se habla a sí mismo. El recurso le ayuda a jugar con imágenes y sentencias, a
menudo estructuradas como enumeraciones caóticas. Al contrario que en
anteriores entregas, Prado deja asomarse al hombre descreído, fatalista, que
empieza a entrever el final del camino: «Miradlo caminar / seguido por las
nubes, / mirad qué similares son su sombra y él». El libro es muy variado.
También, entre otras cosas, canta los vaivenes del amor de pareja y desliza
consejos para entender y afrontar la jungla mediática: «y donde todos luchan
por estar siempre al día / ya sólo hay dos opciones: la moda o el olvido».